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Agustín Zaragozá (https://agustinzaragoza.com)es un profesor de filosofía, agente de cambio y, como a él le gusta definirse, «obrero de la educación» que lucha para conseguir la igualdad de género, concepto del que hablaremos durante la entrevista, y que pretende invitarnos a pensar para construir del mundo un lugar mejor.
Como él nos comenta, la coeducación no puede ser un aspecto al margen de la educación, por lo que no podemos diferenciar entre educación y coeducación, sino que estos conceptos deberían estar integrados y se engloben entre ellos.
Cuando hablamos de coeducación debemos tener en mente que una de las claves, como nos contó Sandra Molines respecto a los patios coeducativos, es la formación. No podemos coeducar sin formación, tenemos que aplicar la mirada feminista y formarnos en cursos, mediante lecturas o escuchando a expertos sobre el tema. Por otro lado, coeducar no se realiza en actividades o áreas específicas, sino que la debemos ver como «una herramienta radical y transversal que atraviesa en todo momento el aula».
Hablar de coeducación es hablar de igualdad y feminismo. El invitado nos cuenta que hay una igualdad formal pero realmente es una desigualdad. Para educar en esta igualdad uno de los primeros pasos es desterrar el concepto de universo rosa y azul, la idea de un mundo de chicos y otro de chicas, tarea que se debe realizar desde los 0 años.
Esta tarea tan importante, igual que la educación en la diversidad familiar, son conceptos y valores que hemos ido posponiendo a lo largo de los años y que nunca llegamos a trabajar realmente. Agustín nos cuenta que las etapas más importantes para trabajar esto son infantil y primaria, aunque es una tarea difícil porque vivimos en una sociedad patriarcal que, inconscientemente, puede comunicarnos y desarrollar estos dos universos que nombrábamos anteriormente mediante los dibujos, los estereotipos o las jugueterías.
Otro ejemplo de cómo la sociedad y la realidad sigue siendo desigualitaria es el caso de la ausencia de maestros de infantil, un mensaje subliminal que nos induce a pensar que infantil es una etapa donde se cuidan a los niños y niñas y esta es una tarea que todavía deberían hacer las mujeres.
«Los currículums y los temarios no importan nada. Lo que importa es formar una ciudadanía libre, crítica y radical.»
En infantil y primaria, los resultados respecto a coeducación son muy positivos, es en secundaria cuando se rompe. Para mejorar esto, Agustín propone y destaca la importancia de ver y experimentar otros estadios del sistema educativo para aprender de ellos y así que haya una continuidad en todas las etapas.
Por otro lado, en la Educación Secundaria Obligatoria debemos predicar con el ejemplo y evitar mensajes que puedan ser sexistas además de trabajar «el mito del amor romántico» y enseñarles a amar, empoderando a las chicas y educando a los chicos en el respeto y la igualdad.
Hablamos del género y sexo, desarrollando la idea de sexo como una propiedad biológica y el género como una construcción que dicta cómo hay que ser mujer y cómo se es varón, estableciendo estereotipos que con los que asociamos diversas actitudes, gustos o preferencias. Además, relacionamos estos conceptos con el capitalismo y la sociedad diferencial, en la que Agustín nos explica que los pendientes son la primera gran marca que se aplica al nacer para diferenciar a un chico de una chica.
Pregunta para la reflexión: ¿Para qué vamos a los centros?
No se puede finalizar la entrevista sin antes hablar de la prevención de la violencia de género, un aspecto esencial en nuestra sociedad y para la que tenemos que trabajar en la igualdad, coeducación, pero también en un cambio de pensamiento en los chicos y facilitar diversas herramientas a las chicas.
Acabamos con la necesidad de saber adaptarse por parte del profesorado al tiempo, cada vez más vertiginoso y rápido. Esta adaptación nos permitirá educar sin dejar indiferente a nadie y fomentar el cambio de estructuras mentales en nuestros alumnos y alumnas.
Libros: Escuela o barbarie | Neoliberalismo sexual. El mito de la libre elección | Las princesas también se tiran pedos | Vigilar y castigar
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