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Resulta sorprendente cómo el proyecto “Ortovirus”, presentado y establecido en el curso 2019-2020 como un virus peligroso que amenazaba para destruir la lengua con la que nos comunicamos, haya concurrido con la pandemia mundial que hemos sufrido este año. Pero si conocemos sus fines podemos comprobar como son muy diferentes.
Este magnífico proyecto nació con el objetivo principal de concienciar al alumnado del problema que conlleva no utilizar adecuadamente la ortografía. Y es que este aspecto es uno de los quebraderos de cabeza más común entre el profesorado de Lengua Castellana. Motivo por el que decidieron crear este explosivo proyecto a través del cual los alumnos y alumnas quedan completamente atraídos por las reglas de escritura.
A través de una historia, repleta de ciencia ficción y fantasía, y con la ayuda de diversos elementos, el alumnado aprende de forma significativa a través de su implicación, práctica y aplicación a la vida real. Cristina nos expone que el proyecto fue estructurado en tres fases: partiendo de la motivación, donde se le presentó a los alumnos/as toda la información a modo de contextualización mediante un vídeo trailer en el que conocían que un virus había llegado para acabar con la lengua; siguiendo por el análisis, en el que reflexionaban sobre la situación y los hechos acontecidos; para finalmente pasar a la investigación y trabajo, donde se convertían en científicos experimentados para crear antídotos que acabaran con ese virus, llegando a crear desde pequeñas cápsulas a grandes cajas de antibióticos o vacunas.
Enfocado para la etapa de Educación Secundaria, principalmente para 1º de la ESO, constituye un ABP en el que el alumnado trabaja de forma cooperativa y colaborativa y desde el enfoque de la Taxonomía de Bloom el ámbito de la acentuación. Además, se trata de una iniciativa educativa que fomenta el desarrollo de la creatividad y el uso de las TIC a través de la “Chrome Web Store” y el entorno de “G Suite”.
Un proyecto en el que se evalúan una serie de hitos, llamados “lanzamientos de virus”, que corresponden a tareas de expresión escrita que el alumnado tiene que resolver individualmente a medida que se va inmunizando contra esta problemática.
Finalmente, Cristina, de forma constructiva, nos comenta las mejoras o dificultades que ha encontrado durante el proceso. Y es que como comenta, “mantener el índice de motivación del alumnado a lo largo de todo el proyecto es un desafío para el profesorado”.
¿Cuál será la anécdota de hoy? ¡Vamos a conocerla!
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